El
vecino y rebelde gay
En
algunos países de Europa, los actos homosexuales no han sido castigados durante
más de un siglo, siendo incluso Holanda el primer país en legalizar el
matrimonio entre personas del mismo género; El Reino Unido no ha tenido la
misma apertura a la diversidad de preferencias entre su población, pues el
pecado nefando seguía siendo motivo de pena de muerte hasta la segunda mitad
del siglo XIX cuando se redujo la condena a una década tras las rejas. Casi un
siglo después, fue cuando el Parlamento aceptó una recomendación firmada por
casi la totalidad de sus miembros para legalizar los actos homosexuales siempre
y cuando sean llevados a cabo en un lugar privado y estableciendo la mayoría de
edad a 21 años, a diferencia de los 18 años necesarios para otorgar
consentimiento legal, aunque en el ejército y la marina se prohíben
deliberadamente este tipo de actividades.
En
algunos estados sureños de EEUU sigue siendo condenada con cadena perpetua la
sodomía, aunque en ciertos casos tanto la autoridad como los “criminales”
pueden dejar pasar la falta, así como las expulsiones inmediatas de las fuerzas
armadas tras ser descubiertos y reportados.
A
pesar de la persistente discriminación, han existido diversos movimientos que
promueven la igualdad y la defensa de la comunidad gay, desde la aceptación
social hasta su defensa penal y protección laboral. En Estados Unidos el
movimiento por los derechos de los homosexuales se dio mucho después que
Europa.
La
obra literaria Eros, publicada en 1836 fue considerada como el inicio de la
defensa de la homosexualidad en Europa, escrita por el modista suizo Heinrich
Hössli tras la impresión que le provocó la condena de muerte a la que se
sometió al abogado Franz Desgouttes con un método de tortura medieval que
consistía en el despedazamiento de huesos por el homicidio de su amante Daniel
Hemmeler, por motivos nunca esclarecidos.
A
pesar de no contar con preparación académica, Hössli recurrió a un pastor culto
y políglota, quien además lo introdujo a la historia de la persecución de la
sodomía, para así publicar en su libro justificaciones a los actos homosexuales
por medio de la naturaleza y humana y el papel que ha tenido en la historia
como su aceptación en Grecia. Se desconoce si el autor llevaba a cabo actos
homosexuales en secreto a pesar de haber contraído matrimonio y tener
descendencia, pero su obra marcó un inicio en la lucha por el movimiento de
igualdad de derechos de los homosexuales y fue prohibida la publicación de su
segundo libro, tras el peligro que consideraba para la sociedad de acuerdo al
clero de la época.
Un
sobresaliente activista considerado pionero del movimiento LGBT fue el alemán
Karl-Heinrich Ulrichs, abogado y teólogo homosexual quien acuñó por primera vez
el término uranista que se refiere a
un tercer sexo, pudiendo ser una persona transgénero o alguien con una
mentalidad de género distinto al biológico. Numa Numantius fue su nombre de
ensayista para publicar, hablando sobre las identidades de género que podían
llevar a los hombres a desear a otros hombres y a otros a desear a mujeres,
asignándoles los términos de Uranistas y Dionistas respectivamente, siendo
referentes a la Afrodita nacida de Urano y la nacida de Dione de El Banquete de Platón. Sus publicaciones
cada día eran más polémicas por la defensa de la homosexualidad, además comenzó
a usar su nombre real para los ensayos y la ley lo tenía en la mira, siéndole
confiscada una gran cantidad de material literario por la policía sajona. Gracias
a sus discursos públicos se dio origen a la palabra homosexual, utilizada por
primera vez por el austriaco Karl-Maria Kertbeny y posteriormente su discusión
y análisis, tras solicitar la eliminación de leyes que prohíben la
homosexualidad y salir del clóset en Múnich.
El
austriaco Kertbeny también se manifestó en contra de las leyes prusianas que
seguían condenando la homosexualidad, considerándolas agresoras a los derechos
del hombre y descartando la importancia que deberían tener las preferencias sexuales
ante la ley; el detonante para el interés por defender a los homosexuales fue
el suicidio de un amigo suyo que sufría de amenazas por sus preferencias
sexuales.
Kertbeny
consideraba la homosexualidad un estado natural de la gente, por lo tanto no modificable
e iba en contra de la etiqueta de perversión que cubría a la homosexualidad en
el siglo XIX.
El
artículo 175 del código penal alemán condenaba la homosexualidad, y en 1897 se
fundó el Comité Científico Humanitario por Franz Joseph von Bülow, Eduard
Oberg, Max Spohr y Marcus Hirschfeld tras el proceso que afrontaba el escritor
Oscar Wilde, ante lo que se logró reunir más de seis mil firmas para revocarlo,
a las cuales se unieron intelectuales y líderes sociales de la época,
confrontándose con caricaturas y críticas que se realizaban sobre los
estereotipos de homosexualidad y la intolerancia de personas influyentes.
Posteriormente,
la Liga de amigos de Berlín fue fundada en 1919, seguida por la Liga de la
amistad de Alemania y que cambiaría su nombre a Liga por los derechos humanos,
dedicándose no sólo a los movimientos políticos sino también a la literatura
homosexual e investigación sobre sexualidad, así como la defensa de la
homosexualidad y erradicación de su discriminación.
En
Estados Unidos llegó un poco después y en condiciones diferentes, pero sin duda
marcó un antes y un después para la sociedad norteamericana donde en el barrio
de Greenwich Village, se originó el primer movimiento de liberación LGBT, pues
además de ser famoso por su gran porcentaje de habitantes homosexuales, destacó
también la cantidad de movimientos que surgieron en sus calles, como la
generación Beat y sus polémicos temas de poesía, ideologías y usos de
narcóticos para la expansión de su mente en una década marcada por las drogas y el desacuerdo de la población
con el gobierno. William S. Burroughs y Allen Ginsberg comenzaron a atraer la
atención de gays que aún no lograban identificarse con la sociedad en la que
vivían y gente que estaba dispuesta a informarse sobre la homosexualidad y
convivir con ellos.
El
alcalde neoyorkino Robert Wagner Jr comenzó a limpiar a la ciudad de los clubes
nocturnos de ambiente gay, arrestando a todo aquel que fuera notoriamente
homosexual y revocando las licencias de licor en los establecimientos, alegando
que eran sitios problemáticos y perjudiciales para la sociedad, los policías
también causaban disturbios para provocar a los homosexuales y facilitar el
arresto.
A
pesar de ser los sitios frecuentes entre la comunidad gay, los bares pertenecían
a mafiosos italianos que elevaban los costos del servicio y productos ya que
debían pagar una cuota a los policías para evitar detenciones y operativos como
solían frecuentar.
El
popular club nocturno Stonewall era frecuentado por su organización para
continuar funcionando aún después de las visitas e inspecciones de policías,
con alcohol de reserva, acuerdos para ser avisados antes de recibirlos y
estrategias para identificar a sus clientes y así impedir el acceso a policías
encubiertos. El sábado 28 de Junio de 1969 hubo una redada como se
acostumbraba, quienes ya habían estado presentes en las anteriores sabían que
sólo debían presentar su identificación o cartilla militar para que no fueran
llevados a la comisaría, pero esa noche los presentes se negaron a cooperar,
por lo que fueron llevados en patrullas después de sacarlos del lugar, el
momento clave para que perdieran el control los agentes de seguridad sería
cuando una mujer lesbiana que era transportada gritó a la gente que era testigo
de su arresto si no harían nada, a lo que reaccionaron agrediéndolos y gritando
insultos como cerdos y maricones, además de arrojarles monedas pues se dijo que
estaban llevándoselos porque la mafia no había cubierto el monto de soborno esa
noche.
Los
disturbios de Stonewall comenzaron a atraer la atención ante la conmoción que
provocó en la sociedad, siendo también objeto de mira de la prensa por el gran
impacto que tuvo, los policías eran perseguidos por los homosexuales
demostrando así el cansancio de ser segregados, discriminados y maltratados sin
haber lastimado a nadie, y aún en sus propios barrios, el no poder manifestar
sus preferencias ni divertirse abiertamente detonó su ira y se estableció como
fecha anual del orgullo gay.
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